La automatización o control automático en logística se refiere al uso de sistemas de control, maquinaria o software para mejorar la eficiencia de las operaciones. Normalmente se aplica a los procesos que se deben realizar en un almacén o centro de distribución y cuyo resultado es una intervención humana mínima.
De hecho, a lo largo de una cadena de suministro (aprovisionamiento, distribución, atención al cliente, logística inversa…) hay una multitud de procesos que podrían ser automatizados. Por ejemplo, Stock Logistic cuenta con servicios de almacenaje y distribución, tanto para cargas secas como refrigeradas, para cualquier tipo de industria y cuyos procesos están automatizados.
Beneficios
Las principales ventajas que conlleva la logística de automatización son:
- El acceso en tiempo real de carga y análisis de datos. Cuando se tiene acceso a los datos de la carga y a la capacidad de ejecutar informes, se tiene la posibilidad de tomar mejores decisiones de negocio.
- Disminución de errores que ocasionan un gran coste. En la introducción manual de datos pueden darse una cantidad de errores que den lugar a un aumento de los gastos de envío.
- Control de la organización. Los sistemas suelen ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a las reglas de negocio de la compañía y, a la vez, potentes como para obligar a todos los usuarios, tanto internos como externos, para seguir las políticas que aseguren el envío eficiente y rentable.
- Mejora del servicio al cliente ya que se puede hacer un seguimiento en tiempo real de carga, auto pick-up, el seguro adecuado y la contabilidad de carga incorporando a sus especificaciones de encargo.
- Escalabilidad y velocidad. El software proporciona la facilidad de entrada en el sistema y gestionar con una mayor agilidad, por ejemplo, un almacén. Además todas las facturas de transporte se pueden consolidar en una sola factura semanal, no importa cuántos envíos tiene en cada lugar.
Barreras
La automatización logística, no obstante, también cuenta con algunas desventajas como pueden ser:
- Menor flexibilidad, tanto en los procesos como en los cambios de los mismos. Es decir, se duda de que se pueda lograr estandarizar algunos procesos de forma que sean ejecutables de manera más eficiente en un sistema automatizado.
- Tener en cuenta la gran cantidad de actores presentes en una cadena de suministro: proveedores, fabricantes, clientes, distribuidores… Todos ellos pueden suponer escollos y ser reacios a incluir las soluciones tecnológicas necesarias y obligatorias para la automatización.
- El tiempo es otro elemento que suele citarse en su contra. Un sistema automatizado puede durar unos 10 años de media en aplicarlo, lo que enfrentado al importe que cuesta ponerlo en funcionamiento, a veces da retornos sobre la inversión que las empresas consideran demasiado bajos.