El transporte marítimo mundial, medio más utilizado para las grandes transacciones del comercio global, está viviendo un auténtico aumento de los costes desde que estalló la pandemia del COVID-19. A la reestructuración de las escalas, los blank sailings o el importante incremento de los fletes marítimos, se le debe sumar dos fenómenos que han afectado notablemente al sector en los últimos meses: el atasco en el Canal de Suez y el colapso en el puerto chino de Yantian.
Recientemente, y tras 107 días de bloqueo en las aguas egipcias del Canal de Suez, el portacontenedores “Ever Given” ha retomado su navegación en dirección al puerto holandés de Rotterdam. Un colapso que tuvo un impacto negativo en el mercado del shipping ya que retrasó escalas, congestionó muchos puertos y provocó, en algunos casos, falta de suministros. No se puede obviar que el Canal de Suez es la principal arteria comercial entre Europa y Asia.
En Stock Logistic, con una importante oferta de servicios marítimos a todo el mundo, hemos estado y estamos pendiente de cualquier movimiento en el tablero mundial que podría condicionar cualquier operativa marítima internacional.
Paralización del puerto chino de Yantian
A esta tormenta, que arrancó en 2020 y ha seguido durante este año, hay que añadir el último episodio: la paralización del puerto chino de Yantian por un brote de coronavirus. Ante esta situación las autoridades chinas decidieron implantar cuarentenas y controles por lo que sus muelles operaron a menos del 30% de su capacidad. Un episodio que ha provocado reajustes en casi todas las salidas de buques, generando un atasco que ha vuelto a tener impacto directo en los fletes marítimos, multiplicados por más de cuatro desde febrero según el índice SCFI. Otro cuello de botella más para un sistema marítimo internacional que se encuentra, prácticamente, al límite de su capacidad.
Un lastre para la competitividad del tejido empresarial
La tendencia alcista de los precios, según muchos expertos, tiene importantes sobre la competitividad del tejido empresarial, muy dependiente de las producciones o manufacturas que llegan procedente de Oriente. El alza continua que están sufriendo los fletes marítimos lastra la competitividad de un sector en el que cualquier cambio afecta a todos los eslabones de la cadena logística. De hecho el transporte supone hasta un 10% de los costes totales de las grandes empresas por lo que cualquier variación en esa estructura puede conllevar costes millonarios.